jure borrar de mi memoria
ese rostro dulce y angelical.
no puedo borrarlo, no puedo;
no encuentro siquiera la forma.
imagino a ese rostro dulce y angelical
florecido en tiernas sonrisas,
esas que cautivan como un mágico hechizo,
rostro que arrebata mis suspiros.
no he visto tanta belleza en un rostro
inmensamente dulce y angelical
como el destello de su mirar...
¡oh bendita gracia vertida en ese rostro!
la virtud se manifestó en el,
en ese hermoso rostro de mujer,
rostro que provoca mis delirios...