Como flotando en el aire
sentí que el amor pasaba,
fue cuando tú te acercaste
y me miraste a la cara.
Deslumbrado por tus ojos
te pedí que me besaras,
mis manos te acariciarón
después soñé que me amabas.
No dejaré de quererte
para vivir este sueño,
nadie robará esos ojos
pues solo yo soy su dueño.
Como una luz que se apaga
podrá apagarse el amor,
si la llama sigue viva
siempre alumbrará a los dos.
J. Piñeiro