Tu piel como madura castaña
bajo el corpiño brotando
esferas de redondez extraña
como luna, de contrabando.
De dedos ágiles callando
con suavidad enamorada
y deseos multiplicando
como lianas enredadas.
A la vera de tu pecho
con inquietud palpitando
en ese cálido repecho
con gusto a fresas libando.
Ambas flores brotando
como rosas encarnadas
los pétalos abriendo
a mieles abrigadas.