Mi corazón latía disperso,
yo ansiaba que cada instante de amor
me llegara con una eternidad.
Entre espinas estaban mis sueños
y llegaba la noche con su luz de soledad.
Y llegaste con el instante y su eternidad
y mi hastío reseco se volvió manantial.
El aire al respirarlo se llenó de ti
entonces mi piel quiso…
en la tuya quedarse a vivir