emmanuel sèbrol

los pecados de doña martha

doña martha me mira

con las piernas abiertas

suspira y suspira

mientras ve mi bragueta.

 

de reojo ve a su marido

un tipo alto, distinguido

¿que buscarà

que con èl no haya tenido?

y conmigo encontrarà

una sonrisa de oido a oido.

 

si fuera otra la ocasiòn

no un lugar tan concurrido

que aunque su marido ha bebido

me las doy de santurròn.

 

se sienta junto a mi en la mesa

y entre plàticas y brindis

bajo el mantel, me baja la bragueta

y juega tiernamente con èl,

con un dedo mio que tiene una bendeta.

 

poco a poco se marchan todos

quedan solo los borachos y sus señoras

que me aceptan gustosas un clic de ojos

con paquete todo incluido que las vuelve soñadoras.

 

cualquier parecido a la realidad

es mera ficciòn,

aunque ahora traigo una aflicciòn

pues al marido de doña Martha, me espera hoy a cenar.

 

si ocurre algo luego les platico

aunque es mejor cerrar el pico.

en boca cerrada

no entran moscas

y de intimidades no contadas

traigo a las mujeres locas.