Frente a un cuarto de espejos veo el reflejo de mi cuerpo, un cuerpo cansado, sin brillo, palido!
En medio de tanta luminación y alucinación, recuerdos vuelan libres.
Cusumbo con tranquilidad viendo entre sus ojos las risas etéreas de esas tardes, bajo el cobijó de aquella alma vieja. El rostro de la mujer más bella, el rostro de la fortaleza, eso fue lo que recordó mientras veía fenecer su ingrávida figura.
¿A quién no le a pasado? Verse con tanta asiduidad entre cristales y viajar entre pensamientos, ir a donde eras feliz, viendote sin vida y colacionar el tiempo entre medio ¿Quién puede verse igual despues de tanto? ¿Quién siquiera puede rescatar aquella luminidad despues de todo? ¿Quien puede ser feliz ahora?.
En sus ojos. En esos ojos, ahi! En ese espejo se ve un momento en devastación, una vida llena de manchas, un mundo desenfrenado, algoritmos de angustias forjadas por el paso...
No hace falta decir más sobre un mancebo desgastado errante en agonía viéndose a si misma.