Cuelgan hilos de sueños en mi ventana;
luminosos, solemnes,
permanecen erguidos...
Su mirada tiene luceros que no se extinguen,
su sol no se apaga, aunque llegue la tarde.
En esas barcas viajeras siempre navegan felices
no existe para ellos el ocaso;
sus farolas siempre permanecen encendidas
son astros mágicos incandescentes.
¡Ah, el mundo!
sin la partitura de los sueños susurrando
en sus pentagramas a diario,
moriría de inanición de ilusiones,
¡Se secaría la fuente luminosa de su creatividad!
¡Dejad navegar a las ilusiones debajo del puente!
¡Dejadlas vivir!
Un hombre sin sueños
es un cadáver andante;
sin voz, sin oxígeno, sin alma.
Autora: Edith Elvira Colqui Rojas-Perú-Derechos reservados