Cuando miro partir las golondrinas
con sus vuelos tranquilos y silentes,
de horizonte aparecen vehementes
viejos sueños cubiertos de neblinas.
Hay galopes detrás de las colinas
de nostalgias que son tan inclementes;
cuando miro partir las golondrinas
con sus vuelos tranquilos y silentes.
El cenit, con sus galas opalinas,
va bordando con luces refulgentes
mis delirios que fueron tan fervientes;
y se nublan de penas mis retinas
cuando miro partir las golondrinas.
Autor: Aníbal Rodríguez.