NOCHE DE AMOR EN PISCOBAMBA
Es una noche oscura del cielo del ande,
las calles están clarificadas por los faroles,
son las 23 horas de un crudo de hielo invierno,
y va caminando solo el osado cushipatino.
Cushipata barrio histórico de Piscobamba,
incomparable y testigo de muchas reuniones,
se escucha a lo lejos el ido sonido de la quena,
entonando melodías del chimayche conchucano.
La luna llena y las estrellas adornan el cielo,
iluminan a mi cholita que va con su pollera,
llevando amena finura, sabrosura y encantos,
para los fieles corazones enamorados.
Desde el horizonte se divisa a las cordilleras,
transmitiendo al pueblo un viento helado,
que provoca un frío que cala a la piel,
motivo de apretujar a mi amada en mis brazos.
Pueblo de hermosas casonas de tejas y balcones,
refugio y testigo de encuentros de la familia,
escuchando de niño las historias y cuentos ancestrales,
noche encantadora que provoca no dormir.
La noche piscobambina nos envuelve con su magia
y los sueños nos atrapan con sus secretos,
el fulgor de la luna nos acompaña en nuestro camino,
y las pinceladas de tu amor ya dibujan tus caricias.
Justo Ponte Cruz.