Los pájaros duermen y sueñan sin dejar de volar
hoy no quiero escupir el pensamiento, me duelen
todos los huesos, ni siquiera quiero mirarme al
espejo, no quiero sacarme más defectos
Creo que mi cerebro me está diciendo que sería
conveniente vivir una temporada en el más absoluto
silencio.
Pero como los pájaros no quiero dejar de soñar volando
El preludio de la noche me arrastra a encender una vela
y a escribir, es una aventura maravillosa la que paso cada
madrugada, un viaje fascinante, el que viajo en las noches
solitarias.
Aunque quiera alejarme de la escritura como si fuera un halcón
que vuela y planea con el viento, el folio en blanco y mi pluma al lado del tintero, me incitan como si fueran mis presas.
Cualquier cosa me llama la atención, y escribo con emoción
piedras andantes, puentes colgantes , me siento al final de todo un ignorante.
Hasta las manzanas sienten el rubor rojo de mis mejillas, pero
siento que escribiendo algún día, volando y soñando, tocaré mi
cielo, aunque siempre esté nublado y haya días que no vea el sol.
Entre ceniza cilantro y hierva buena sigo gritando palabras,
el fuego que alumbra en mi vela, el vaso lleno de vino y miel
me inspira este Poema.
Seguiré escribiendo hasta el Alba el sol naciente me dice
buenos días, es hora de irte a la cama, apago la vela ya casi
consumida y exhausta , mis ojos se cristalizan y se cierran,
me levanto y me voy a deslizarme sobre mi colchón de lana.
Cierro los ojos, repaso de memoria todas mis palabras escritas que salieron de mi interior, el sueño me invade, Morfeo me llama, dormiremos juntos, el silencio me acompaña, me tapo con la sábana del cansancio, me despido, hasta mañana .
Mael Lorens
Reservado el derecho
de Autor 08/09/2019