Un caramelo en los labios, un destino
trazado en la memoria del presente,
un ave que vuela el cielo inocente
soñando mostrar su piel sin vestido.
Cuerpo denodado que recorre su camino
y en los ojos, una estampa fría solamente
de aquel único gran amor tan doliente
que siempre la mantuvo en el olvido.
Chocolate y soledad en las rodillas,
un libro, en sus manos de tulipanes,
brisas, tabaco, sueños; suave seda
Ella, mayúscula mujer y chiquilla
al acecho de fieros crueles galanes
ansiando el ocaso de su alameda.
A Silvia Perez
Antonia Ceada Acevedo ©
.