Regresa el primer pájaro
de mi muerte
que eleva el duende de los ojos
al plenilunio
tuve una lumbre de fotografías
tembló la pureza
escupí mi alma
sobre el brío del espejo
amé
la carne inmune
de los rostros
y su íntima barbarie
fuiste el filo de la lluvia
de los cuerpos feroces
la droga fantasma
de la no experiencia
mucha ceniza aún verde por cortar
el hallazgo de la otra muerte sin párpados