No en balde pasan las palabras
grita el agua entre las piedras
con las legañas de la tarde
bajando triste desde la sierra,
no con tinta se escribe gloria
ni cabe entre las páginas de la historia
pasa el alma a paso lento
un poco extraviada y conmovida,
verdores del bajo Duéro
el bálsamo dulce cura herídas
las farolas se duermen en la orilla
en las tardes de domíngos y sus paseos,
yo pongo toda mi fe, en los bellos colores
en la plácida mirada, la armonía
quizás el descuido de la costumbre
apague la luz de mi poesía,
el recuerdo triste que nos mira
se llena el corazón de niebla fría
de los nombres y de las rosas
en la calidez del alma, vida mía,
la tarde se esconde ya, y se aleja
entres la ondas del suelo, vacías
yo recuerdo...Unas castañuelas
y aunque todo se vaya,
quedan en el viento
el perfume de las rosas,
y el dulce aroma de tu aliento
miente el cristal sin palabras
escuchando el aguacero
que convierte las llamas en ceniza,
sentados estamos en el brasero
suena el viento que agoniza
pero siguen mis poemas
por el bajo Duéro,
los recuerdos y la nostalgia
esclavizán...
Somos de las letras prisioneros
de los años pasados y los recuerdos
y buscamos recogernos
soñando aquellos paisajes viejos,
y nos descansa ni el corazón
que de tanta nostalgia se hace nuevo
suspiros que brotan del alma
del silencio, compañeros,
en la transhumáncia de los naranjos
de un aroma infantil
la humedad aviva la tristeza
de lo puro de la lírica y sus consejos,
rutinas que los laureles alcanzan
las ondas olas de los mares infinitos
yo le canto y le grito
poeta del alma ¡ levanta !,
en los surcos de mi memoría
yo voy sembrando también la Esperanza
como crece el amado lirio
estrujo su dulce fragancia,
mirando triste al poniente
se visten de sangre las nubes blancas
anochece, siempre anochece
vertiendo la añoranza,
de esas raíces que duermen
plácidamente en el alma....