He visto con estos ojos
pasar muchas primaveras,
ochenta y seis les confieso
y con ansias las conté.
En la escuela de la vida
aprendí muchas materias,
hoy me manejo en “coche”
pero también…fui de a pié.
Pasé momentos de angustias
y de muchas alegrías,
conocí la “mishiadura
y mastiqué un duro pan.
Pero eso no me indujo
a torcer mi rumbo honesto,
nunca rifé mis principios
ni tampoco fui…un patán.
Jamás pagué por amores
ni tampoco por gauchadas,
las mujeres me han querido
pues las supe respetar.
Cuantas veces en la vía
y sin un mango en el bolsillo,
le ofrecí a un amigo el pecho
para que pueda... llorar.
Estos son a grandes rasgos
semblanzas de un simple tipo,
que a la vida la ha peleado
sin aflojarle jamás.
Nunca aplaudí a los de arriba
comparto el dolor del de abajo,
y a veces hay que ir a menos
para poder…ir a más.
Tampoco quiero olvidarme
de algo muy importante,
y este momento es perfecto
para poderlo expresar.
La alegría que me embarga
por tener a mis afectos,
y agradecerles por todo
lo que me dieron…y dan.
Hoy ya más cerca del arpa
y en el debe de la vida,
un recuerdo al barrio pobre
y a ese ayer en el hoy.
Que le enseñó a ese pibe
a ser derecho sin grupo,
y a una línea de conducta
que me muestra…como soy.
Ahora que ando despacio
pues los años ya me pesan,
puedo ver cosas que antes
no supe o no pude ver.
La gente corre apurada
tras utopías inciertas,
se les fue el último bondi
y no lo pueden…creer.
Soy consciente de mi suerte
por lo que el cielo me ha dado,
a Doris mi novia eterna
mi noble ángel guardián.
Mis dos hijos tan queridos
y mi nieta regalona,
y ser un feliz poeta
que a Dios…le suele hablar.
Boris Gold (simplemente…un poeta)