En mis días grises, opacos como la bruma
imagino la noche, y tu cara al lado de la luna
y tu frente adornada por luceros
proyectándome tu mirada, a pesar de la distancia.
Es que este amor que llevo es tan grande
como un fuerte rayo que atraviesa
la negrura del anochecer, hasta el alba
y como la mar que a la tierra baña.
O como ese vasto y hermoso infinito
que no tiene un final con palabras
así es este amor que no caduca
y que día a día se desata.
Como un mar de leva
que azota sus olas en la playa;
y es que te amo con cuerda locura
a pesar de la dolorosa distancia.
Pero aun así, tus palabras llegan
tan cálidas y tiernas
que siento que me arrullas, el alma
con tus olas, en tu barca.
Yamila.