Ahora, gasto mis horas lo más lentamente que puedo y normalmente lo hago en cosas sin importancia,
gustándome y saboreando mis horas sin más pretensiones que vivir la vida.
No es que sea una gran cosa eso de vivir a paso lento. Lo sé.
Pero me da igual.
Antes, mis horas de vida iban a más velocidad que las horas de mi reloj de pulsera.
No es que fuera una gran cosa eso de vivir la vida a toda prisa. Lo sabía.
Pero me daba igual.
Pero siempre... antes y ahora, viví y vivo tratando de entender mi vida para entender la vida que me rodea,
por eso a veces me paraba. Ahora no,
ahora me paro porque no tengo prisa y porque eso de entender mi vida cada vez me preocupa menos.
No es que sea una gran cosa eso de pararse. También lo sé.
Pero me daba igual, necesitaba parar.
Y paré...., para que me entrasen ganas de querer volver.