Dayanara Mondragon

La niña y la paloma

La fuerza de la mujer no se ve en el cuerpo,

se ve en el corazón, cuando abraza un hijo o se entrega sin condición...

 

La niña y la paloma

 

¡Qué indefensa es!

La tome del suelo y la abrace,

como una madre a su bebe,

es tan frágil y aun no vuela,

me enternece su mirar,

que con piedad me pide

algo de comer y de beber.

¡Voy a enseñarte a volar!

Pienso, sin querer,

y volaremos juntas,

recorriendo la cuidad,

montes y lagunas,

pero hay algo que me duele,

y de eso estaré siempre consiente.

Sé que partirás

a buscar tu propio nido,

como los hijos que dejan el hogar,

que los acogió de niños.

Sé que así me dejaras,

a pesar de mi cariño.

Pero ahora debo a ti

el sentido de mi vida,

por ahora cuidaré

de tus alas frágiles,

de que sane tu agonía

y mi recompensa será mirarte volar,

aún, sabiendo tu partida.