Cuánto te quiero
y te echo de menos
infancia,
rota el alma llevo
llena de tu fragancia,
fuiste el vino nuevo
que refrescó mi garganta,
¡cuánto te recuerdo...
mi querida infancia!,
llena de dicha y desvelos
has dejado para siempre
un reguero de esperanza,
infancia,
dentro del corazón te llevo
repleto de tus ansias,
hoy me siento en el humbrál
para esperarte
por si pasas
por mi puerta
y me abrazas,
infancia,
mi querida infancia
que empapas mi vida
en mi ignorancia,
que siembras enredaderas
en el fondo de mi alma,
quién fuese poeta
para cantarte
y atarte con hilos de plata
para que no te vayas,
infancia,
de colores de risas
y de lágrimas,
conservo tu perfume
y tu fragancia,
campos verdes
palmeras doradas,
sol de primavera
mariposas blancas,
infancia,
cantar de pajarillos
entre las ramas,
tardes de tren
y de música lejana
de peces de colores
en la fuente de las ranas,
infancia,
dulce bálsamo
que los silencios callan
por las calles
que de niño jugaba,
te añoro y te deseo
y me recreo en tu mirada,
infancia,
hoy me abrigo
en los años que pasan
y te beso y te acaricio
y lloro como niño,
infancia,
¡mi querida y amada
infancia ...!
En lo alto de la colina
hay un nido
donde una madre
cría a sus hijos,
con cuánto amor
les da alimento y cobijo,
¡qué glotones,
hay que ver
todo lo que comen
aleteándo todo el día!,
la madre besa a sus crías
pasa el viento y saluda,
¡buenos días!
¿Cómo va esta familia
siempre tan unida?,
y que felices se les ve
tienen gorda la barriga
se nota que comen bien,
y los pajarillos pían y pían
desde el amanecer
hasta el atardecer,
¡con qué orgullo
mira la madre a sus crías!,
y yo me pregunto
cuántos niños pobres
ser pajarillos querrían
tener una madre buena
que les diera besos y comida?
Yo me quedé mirando
el cielo azul que había arriba,
y le pedía a Dios orando que llegue pronto el día en que puedan vivir cantando juntos los niños y las crías...