Estoy perdida lejos del cielo
soñando con un día menos
de un futuro incierto.
\"miro y no veo nada\",
se cierran las puertas,
se muere de soledad la mañana
y la noche ataca:
llena de tristeza y náuseas.
Pero no me abandona,
se cuela por mi ventana
susurrando culpas y venganzas,
culpas y silencios,
culpas y miedos.
Yo misma me llamo culpa,
me llamo soledad.
Soy la melancolía en mi mirada
y no soy nada.
Me he perdido del camino,
abandono mi destino
y cualquier vestigio de esperanza.
Abandono mi vida,
vacía,
un día a la vez.
Para no irme tan de pronto
y no resulte tan doloroso.
Para quizá
tener la oportunidad
de arrepentirme
no irme.
Ver más amaneceres,
besar viendo atardeceres...
Pero estoy vacía por dentro,
tan vacía como la promesa del cielo
que me dejó aquí esperando,
tantos días soñando.
Hasta despertar,
empapada en sudor y soledad,
sudor y soledad,
soledad,
yo siempre le había llamado libertad.