Deliciosa fragancia,
que explota repleta de suavidad
-¡qué divina elegancia!-,
eres sensualidad
y la más hermosa felicidad.
A detalle contemplo
el lindo torrente que me estremece
mientras medito y tiemblo.
Siento que mi alma crece
y la realidad se desvanece.
Pero en cada sentido
ardes dentro mío como una llama.
Mi más dulce latido
será para ti, dama...
¡oh! ¡mi alma, apasionada, se derrama!