Lágrimas que caen del cielo
Penas, miserias, duelos
O lo contrario quizá
Sean de felicidad.
Lluvia que no cesa
Y termina por gustar
Invitando al hogar.
Y las hojas otoñales
Empapadas, resbalosas
Tiñendo de ocres
Los suelos de antaño.
Diamantes sin pulir
Descienden del cielo gris
Golpean los cristales
Despertando corazones
Que permanecían dormidos
Bajo cúmulos algodonosos
Imperturbables.