Pensé que el tiempo curaría todas mis heridas,
que el mar se llevaría mis lágrimas para perderse en un inmenso e infinito océano azul
o que el viento borraría de mi cuerpo sus huellas.
Pensé que los años matarían de mi conciencia su recuerdo,
pero tengo un amargo sabor a nostalgia que me está desmembrando el alma.
Pensé que el olvido había llegado,
que la sensación de vacío había desaparecido.
Creí que su voz se había perdido en los incontables sonidos de la naturaleza
pero su melodía sigue intacta recorriendo mi sistema auditivo,
estremeciéndome la piel, congelando su recuerdo en mi mente.
Creí que ya no dolía
estaba convencida que su olvido había llegado,
que su nombre no provocaría sensaciones tan profundas e indescriptibles, recorriéndome cada rincón de mi cuerpo.
Pensé que iría a poder con su felicidad en los brazos de otra mujer.
Pero me dí cuenta que por más que quisiera negarlo muy en el fondo me duele.
Y me convencí que fingir olvidarlo me haría la vida más sencilla... pero solo me hace sentir más miserable.
Creí haberlo dejado de amar, pero aquí estoy,
poniendo en palabras lo que su nombre y su recuerdo hace de mi existencia en este mundo
y no está...tu no estás ni estáras jamás y yo no me puedo acostumbrar.