El crepúsculo se descansó inédito,
como presagiando un mal golpe de suerte;
el sentir, pensar, lo sepultó la muerte,
sin pena ni gloria o fatal descrédito.
La noche calofría y sin rédito,
para caminante y camino inerte,
es letal cuando tánatos viene a verte,
y llevarte por sendero sin crédito.