El sol apareciendo en el extremo de tu horizonte te sonríe. Tus ojos reflejan esa luz aventurando tu día.
Imaginas tu hamaca de acero y madera y hueles el carbón con chispas doradas.
Tu ruido interno, te levanta en busca de migas endulzadas.
Sos feliz, aunque la tormenta amenace cada día.
Tu fuerza transita en la impetuosa calle.
Miradas perdidas, voltean sus cabezas. Escasas manos se extienden para llenar tus esperanzas.
Tu propio ejército prepara la defensa para extender la jornada.
Tu ruido interno se acalla de a ratos.
La vuelta es extensa, como lo son tus deseos.
El verde te cubre y el aroma te adentra en tu juego preferido. Ruedas y descansas.
Amigos en círculo, intercambian calma y alegría.
El sol desaparece detrás de ti. Tu sueño recién comienza y crece cada noche.
Sueño, despertar real, cuando tus ojos brillen al mirar.