Te quiero con los sueños del asceta
que vive en soledades divagando,
te miro en las estrellas, que brillando
reflejan el fulgor de tu silueta.
Te adoro cual Romeo a su Julieta,
y paso por tus besos suspirando;
me encuentra la mañana delirando
perdido en mis anhelos de poeta.
Igual que Magdalena con el Cristo
quisiera de tu amor su Epifanía,
que verte tan lejana no resisto,
y quiero que termine mi agonía;
que tu eres la razón por la que visto
mi verso, con mortal melancolía.
Autor: Aníbal Rodríguez.