En la pequeña sala
de un apartamento.
que creía mio por mucho tiempo
ya se siente una pausa.
Pausa en el tiempo.
No suena el piano con entusiasmo.
Las melodías no inundan con nuevas voces el espacio,
la ejecución es lenta.
La pausa con el diminuto ejemplar de la tetera
china de otra dinastía copiada a mano
se ha vuelto corta.
Todo parece congelado
por la presencia inevitable de un fantasma
llamado enfermedad.
Pausa sin medida cierta
en la sala que mira la montaña
y cuestiona si permanecerá.