El Club de los Poetas
Hay un gran recital en El Club de los Poetas,
grupo de vates trotamundos mentales,
escribiendo sin limites los madrigales
para un recital interminable de poesías selectas.
Donde la inspiración surge vertiginosa,
entre versos plenos de lírica,
conformando la más bella estrofa poética.
Aquí la elegía es más hermosa.
Es el cancionero perfecto de la poética,
donde están escritas las glosas más hermosas.
Las metáforas y la rima nos las dictan las musas efímeras.
desde alguna lejana isla homérica.
Con los versos llegamos al corazón
y hasta el fin de la razón o la sinrazón.
Un poema dedicado por un bardo bucólico
o un lírico vate romántico.
La lírica está en su excelsa dimensión.
Obras suyas son la romántica expresión;
Aquí no se agota la inspiración.
El arte vive en las venas para la declamación.
Las odas que nacen en el Monte Olimpo.
Églogas que idealizan la vida en el campo.
Trovas para ser cantadas o declamadas.
Arpegios, aleluyas y alboradas.
Es el sueño de las ibéricas cantigas
y de las líricas églogas.
Poesías cantadas por los versados trovadores,
para vivir en armonía con los declamadores.
Los juglares del Club florean las serranillas
con estrofas de cuatro versos llamados redondillas,
en una serenata o en un recital inmenso,
en las estribaciones del Monte Parnaso.
Las letrillas que riman en asonancia
están llenas de melodía.
Son las glosas de una epístola.
Son los versos de una triste pluma.
Odas acompañadas por una de lira
y una coral angelical que canta los sonetos más bellos
hasta lograr romper el alma en mil pedazos.
Es el preludio y el estribillo del último poema.
Autor: Antonio Encinas Carranza
De: Lima, Perú
Derechos reservados.