CON EL AMOR SE DILUYE...
Con el vértigo en las fibras
mira a la insondable sima.
Siempre el abismo devuelve
su mirada en la negrura
y con tenebrosos ojos,
mira al miedo que le anima.
Entre rastrojos se olvida
la pasión de la energía,
cuando alejada y tardía
en la mente se retrepa
la apasionada aventura
Y son más suaves los días,
cuando el alma se serena.
En el jardín de los sueños
crecen las hierbas malditas,
que devoran los recuerdos
entre las sábanas tibias.
Acechantes y atrevidas,
del sueño liban el néctar
dejando al aire la herida
que en lo más oscuro anida.
Mira al abismo el poeta
y fagocita sus miedos,
con el fluido que transita
entre mente y pensamiento.
Bucea en el interior,
busca el verso que palpita
en el profundo misterio
y así la idea adormecida,
vapulea al sentimiento.
El tiempo engulle los grises
y a los colores transforma.
Digiere las experiencias
con plácida sed de hambre
y mordisquea las conciencias,
como quienes roen la carne.
Regurgita los recuerdos
para que el mundo se harte
y no perdona a quien vive,
de espaldas a la raigambre.
Mira el abismo a quien huye
y atrapa a quien le contempla,
para absorber las esencias
de los ojos que le miran.
Profundas eternidades
en lo infinito perdidas,
como intransitables sendas
en su negrura escondidas.
Los ojos vueltos de miedo
pero el sentimiento alerta,
para que el amor se adueñe
de la carne y las ideas.
El pánico se diluye,
cuando es más clara la senda.
A.L.
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19/11/2019