Tú mi niña consentida, mi amor,
mi locura, hasta mis pensamientos
los escribo en versos de esa pasión
que siento en ti, eres la mañana,
mi razón de vivir y cuando llega
el ocaso, regreso de mi trabajo
alegre y tú estas con esa sonrisa
que hace que me sienta feliz, porque
eres mi compañera de lucha y mi
diario vivir y mis noches, con tú arruyo
hace que soy un hombre de dicha
y somos felices los dos yo también
te doy mi humilde ardiente corazón..