Mauro Enrique Lopez Z.

Mi niña consentida

Tú mi niña consentida, mi amor,
mi locura, hasta mis pensamientos
los escribo en versos de esa pasión
que siento en ti, eres la mañana,
mi razón de vivir y cuando llega
el ocaso, regreso de mi trabajo
alegre y tú estas con esa sonrisa
que hace que me sienta feliz, porque
eres mi compañera de lucha y mi
diario vivir y mis noches, con tú arruyo
hace que soy un hombre de dicha
y somos felices los dos yo también
te doy mi humilde ardiente corazón..