Aquí soy fuerte.
En este residuo frontal,
con lágrimas de aposento,
rey feudal de un camino
extraño y polvoriento.
Aquí soy recto.
Capitel excéntrico,
combatido con la luna,
exacerbo las espumas
desmanteladas con el mar.
Pudro los oficios.
Doy comida al sediento,
recibo la bancarrota
de terciopelos ridículos,
viajo en sonidos envueltos.
Aquí, aquí, soy, existo.
Una tenue luz de alpaca,
una derivación de latidos,
un mensaje oculto en fábricas,
sutilmente desplazadas.
Y percibo la sangre menstruada,
los vómitos oscuros, las persianas
cerradas, las conjuras adolescentes
y las brujas con sus escuadras desdibujadas.
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