Hoy quiero que Dios tome esta pluma y la impulse hasta que se creen los rasgos de tu rostro en esta hoja. Hoy quiero esculpir tu imagen en mármol; ya no me basta con la imaginación.
Yo quiero hablarte de amor, hablarte hasta que le dibuje una sonrisa a tu escultura y le talle una lágrima a tu imagen, que divinamente plasmada en mi hoja, solo ahora, puede llorar.
Hoy aprendo a estar solo, pero lleno de ti.