Huir de tí
en vez de seguir
haciéndolo de mí.
Huir en vez de desnudarte
jugando con las luces apagadas
en una casa en la que a tientos
dejé de encontrar las ventanas.
Arrancarme la piel para mudarme
a otra piel
y dejar de llamarte hogar
para volver a casa
-y aunque me duela como nada
en este mundo-,
me parece
lo más cerca de Ser
que he estado nunca.
Y siento,
-lo siento tanto por sentir-
que lo he perdido todo
desde que te perdí.
Lo siento tanto por sentir
que lo he ganado todo
desde que me encontré
desde que nos perdí.