En el orden de las distancias
hay una bella sorpresa
Ella brilla en un viento mágico
del sol de amanecida.
Me deleita el rebelde rocío
que rodea tu mirada.
Pero detienes el carruaje
y los duendes despliegan
alfombras doradas.
¿Quién ha traído hasta aquí
las sublimes escaleras?
¡Ah, esta alegre comitiva
de los músicos alados!
Un alegre rebaño de corderos
corretea de rama en rama
y a sus baladas replican
las golondrinas.
Tus ojos traen el mensaje
de las dolidas aguas
y cuando miran en la sed de los árboles
parecen invocar la ronda
en que los niños jugaban
bajo la lluvia.
¡Ah, mariposas de luz
que pasan jugando entre las flores!
¿Por qué me siento tan feliz
en las lágrimas del silencio?
Entonces regreso
por el vértice de los himnos
para contemplar por un instante
tu amada presencia.
E.D.A