En el silencio mordaz de una ilusión perdida,
Tu figura se asoma libre y el pensamiento cautiva,
Delicada brisa suavemente acaricias el alma,
Flores marchitas que la lluvia tímidamente otra vez atavía.
De Dios la vida el destino
Las rosas del campo agradecido recibo,
Mi bella única preciosa y delicada
Vistes de alegría el alma desbordada
Brisa fresca tus palabras a mis oídos son de tu boca,
Que al inconciente sediento de amor la caricia evocan,
Delirios a un corazón que una vez mas late,
Avidos por tus ojos contemplar que mi desdicha avaten.
En el mar profundo que por tiempos durmió,
Al oido de tus pasos impávidos el sentimiento lentamente despertó,
Anhelando que tus ojos en los mios
se vuelvan a posar,
Espera el dia que tu corazón
junto al mío por fin decida despertar.