<< La tristesse durera toujours >>
\"La tristeza durará para siempre\" esas fueron las últimas palabras de Van Gogh en brazos de su hermano, luego de que una herida de bala en el pecho lo dejara agonizando durante dos días... una herida como la que tú me hiciste el día que te dispararon.
Mis ojos se inundan precipitadamente cuando pienso en las despedidas que han empujado a mi vida a un precipicio que jamás tiene fin, trato de disfrutar del paisaje mientras caigo mirando la noche estrellada y sus perfectas pinceladas.
Pero hay días nefastos, como los que Van Gogh debe haber vivido en aquel psiquiátrico, él pintaba para sobrevivir, yo hago lo mismo escribiendo, destilando la angustia que me genera saber que hay heridas que no tienen cura, más aun cuando quien las hizo, sin ser culpable de su propio final, jamás podrá volver a curarlas; mi tristeza es un enfermo terminal caminando por los pasillos de algún viejo hospital.
Se que debo mantener tu sonrisa en alto como bandera de rendición ante tus recuerdos, pero los sueños recurrentes y el eco de tu voz pesan tanto como las palabras de quien me habla sin entender mi mirada.
A veces siento que me han quitado el derecho de sufrir, el derecho de llorarte y de romperme en mil pedazos para poder, de alguna manera, salir adelante... y al no hacerlo, mi alma por dentro se empieza de descomponer y a desmoronar poco a poco, y de mi boca para afuera no sale nada, hago oídos sordos a quienes dicen quererme porque en realidad no saben abrazar un chica rota sin lastimarse tampoco ellos.
Una oreja menos no hizo que Van Gogh escuchara la mitad de las estupideces que este mundo suele proponer para ser feliz, así como tampoco hará tu silencio que duela menos tu despedida... así que mientras tanto, solo me queda escribir un par de versos rotos para depurar la herida que han dejado mis muertos.
Trato de hablar de ti de la manera más bonita posible, convertirte en arte es mi humilde ofrenda a tu recuerdo.
- J G