Al ocultarse el sol
y dejar atrás el llanto,
descubres que puedes ser feliz
después de haber sufrido tanto.
Que difícil fue la espera
y dolorosa tu agonía,
pero te das cuenta que vivir
es el mejor regalo que te dio vida.
Tu vida tuvo infortunios
como cualquier otra hoy en día,
y al final te das cuenta de lo que te acongojaba
era tan solo una lluvia de medio día.
Y que por temer a fallar
no es motivo suficiente para dejar de jugar,
y por tenerle miedo a llorar
no vas a negarte el privilegio de amar.