《Las prisas con coches, y edificios hasta arriba de trabajo.
Lloviendo en mojado.》
\"¿A dónde vas?\" Le pregunté intrigado.
\"Aún no lo sé\" me contestó mientras cadenas de coches corrian hacia quien sabe que destino fijo.
\"No encuentro mi rumbo,
quizás sólo sea un triste vagabundo ,
Que cansado de buscar,
intenta rascar bajo la miseria del mundo.\"
Pero aquello es terrible, pensé;
Quien no sabe cuál es su lugar está perdido,
Destinado al olvido,
Tan solo, tan rehuido...
\"Cuánto has de aprender amigo mio,
No hay mas vacio que estar sólo queriendo estar unido,
Más la soledad consentida es un regalo,
La propia aceptación un trabajo,
Y el valor un complemento necesario.\"
《Siguió lloviendo, mientras calaban sus palabras.》
Me asustan las reflexionez feroces, las ideas de frente sin retorno, no encontrar paz en la conformidad, o ver descanso en la miseria.
Cuántas veces en grito ahogado he llorado lo aprendido, aún recuerdo aquel día dónde aprendí a disfrutar de la agonía del ser, a esconderme en la tristeza como quien huye con extraña sutileza.
Hoy día rasco para encontrar la suciedad más profunda, y allí me quedo.
Abrigado por la mugre.
Aliviado de costumbres.
Sólo me asusta el murmullo que dice no saber de quien huyo.
《Cesa la lluvia.
Mientras, con desdén ,mira hacia el mundo y un dedo señala al suyo.》