¿Qué triste soledad te perseguía?
¿Cuánto dolor enajenó tu mente
esa noche de aquel aciago día?
Sin un adiós te fuiste de repente.
De fría nieve el corazón te ardía,
inerme, sin poder hacerle frente
a la angustia y fatal melancolía,
se desbordó Alfonsina ya tu fuente.
Alumbraba en el cielo luna llena,
y te adentraste a solas en la mar
persiguiendo rumores de sirena.
Ya rota no evitaste el naufragar,
y en un bello coral duermes serena
donde el olvido fuiste tú a buscar.