Alberto Escobar

La Carta

Esas cartas
asoman por el buzón
como si fuesen
el ala muerta de una paloma mensajera
Juan Cobos Wilkins.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Procesión de gotas de lluvia surcaban el esmeril de mi ventana.
Me dispuse a vestirme, tenía a la fuerza que depositar esta carta.
Bajé la escalera hasta el aguacero que rallaba el portal de la casa.
El paraguas rechinó de hastío al abrirse, no le apetecía agua.
Crucé la calle hasta la figura fálica de un buzón postal y amarillo.
Antes de alimentarlo de blanca celulosa me apresté a mirarlo.
Detenidamente.
Se me vino a la mente por momentos la esbelta efigie del obelisco.
Del obelisco que se yergue ufano sobre la explanada de La Concordia.
Del Lúxor parisino que desdeña amores y candados huérfanos de llave.
Esta carta es de un azul tan profundo como el hueco que llena mi alma.
Una carta que hiere con solo echarla. La boca de la verdad habla.
No oses preguntar por mi paradero cuando vuelvas.
Estaré por entonces a veinte mil leguas de cualquier venganza.
Te deseo que un buen día tengas...