Poetas callados pero no mudos. Vuestras palabras nunca murieron. Aunque no callan los lemas absurdos. Al final las verdades siempre vivieron. La poesía fantástica nunca muere. Siempre habrá algún loco rebelde. El rebelde escribe lo que quiere. Para él el desierto es siempre verde. Princesa rica o pobre campesina. Con ricos ropajes o pobres vestidos. Para él será de oro la mina. Y escuchará risas en vez de gemidos. Música viva de la choza o el palacio. De voces angelicales o rotas. Que llenan el aire muy despacio. Ya no se oyen lamentos de derrotas.