ganaste la batalla
porque peleaste mil guerras,
y aunque muchas veces herido,
pero jamas te diste por vencido.
sacaste fuerzas de flaqueza
cuando ya te sentias casi desmayar;
luchaste contra la corriente
y nunca diste marcha atras.
viste la luz al final del camino,
la luz del triunfo de la perseverancia;
luchaste con fe y optimismo
haciendo oido sordo
a la voz del pesimismo y la desesperanza.
hoy miras hacia el futuro
cosechando de tus esfuerzos los frutos;
quien lucha y persevera por lo que cree justo
siempre siega frutos de bienaventuranza.