Nuevos minutos, recién estrenados, se suceden;
y el esperado encanto de inéditos amaneceres,
anunciados por los zorzales, con su temprano canto,
me hacen pensar: pasan los días y quedan los años,
amigo, tan callando.
Cada día es un vernissage que celebramos
como aniversario del tiempo pasado y como estreno:
pues del sueño, con el zorzal nos levantamos,
como quien estrena cada minuto nuevo,
como quien conmemora amaneceres hace años,
amigo, siempre sonriendo.
Sobre el pentagrama rígido del tiempo inconmovible,
se suceden armoniosos bemoles y acordes,
composiciones nuevas, composiciones increíbles,
que crecen y trepan, como crecen las vides:
Sobre la acerada rectitud de cinco líneas inflexibles,
somos amigo, ¡tan libres!...