Recuerdo tu rostro, de niña
recuerdo tus ojos negros
tristes me miraban, esa tarde
esa tarde de invierno
Sentados en un banco,
en un lugar que no recuerdo,
en una ciudad olvidada,
a la que ya nunca he vuelto
Nuestra historia interrumpida,
de la que hace ya tanto tiempo,
las circustancias la cercenaron,
nuestras elecciones y egos
Yo tuve que abandonarte,
y me tuve que ir muy lejos,
para encontrar otros caminos,
muchos de ellos inciertos
Y nos olvidamos de nosotros,
al menos por algún tiempo
Pero yo te quise, a esa niña,
a esa niña que hoy recuerdo
como un quizás en mi mente
silenciado aunque no muerto
La última vez que nos vimos,
fue una tarde de invierno,
y lo supe, ya lo supe,
que no te vería de nuevo
Desde entonces no nos vimos,
y sé que jamás nos veremos
ya no eres niña, aunque lo seas
al menos en mis pensamientos