Me quebrantó el alma con un zarpazo,
el golpe inesperado y sin suerte,
el agobio del dolor, paso a paso;
sin la esperanza de volver a verte.
Anocheció temprano en mis amores,
y la obscuridad nubló la mirada,
el camino andado con los temores,
anunciaba a gritos tu retirada.
Entonces sobrevino la nostalgia,
aquella que áspera contrista el alma,
que la completa con un cruel despojo,
brotando diluvio en mis mustios ojos,
sufriendo el temor de perder la calma,
y mi corazón con tenaz neuralgia.