Tu provocaste que el amor muriera,
equivocado estuve con creerte,
creyéndome arropado por la suerte,
después de que te di mi vida entera.
Hiciste que lo nuestro se perdiera,
estuve tan cercano de la muerte,
con mi alma por los suelos al perderte.
defendiendo tu nombre como fiera.
Envuelto en un ambiente de rechazo,
Cubierto por amargo desengaño,
rogarte nuevamente no es el cazo.
Ante la gran verdad me hiciste daño,
hoy ya no, nos amarra ningún lazo,
pero a pesar de todo yo te extraño.