Ay, antinatural me parece
tanta tristeza en todos y cada
uno de mis poemas! El caso
es que no me gusta cerrarlos
entre calles livianas y avenidas
octogonales; prefiero que me asedien
y espantar así, las moscas a cañonazos.
Elijo, en fin, los caminos, clausurados,
polvorientos, en los que, ya se sabe,
se acumula la grasa locuaz de otros
tiempos-.
©