Hoy estamos frente a frente,
Solo nuestras miradas hablan,
Usted tiene el presente,
Yo, el pasado y nostalgia,
¿ Qué fue de nuestras vidas?
Pregunta inequívoca y obligada,
Eres una dulce ensoñación,
Mi cabello tiñe de canas,
Los caminos de Dios son misterios,
Nadie su palabra profana,
Aquí estamos nuevamente,
El mismo susto nos delata,
Mariposas revolotean,
Impacientes en nuestras almas,
Eres la misma dulce niña,
La más hermosa muchacha,
Que en la campiña de flores,
Tu beldad siempre engalana,
En cambio yo un majadero,
Con facha desdibujada,
Me alegra que seas feliz,
Compañera, dulce amada.
Te pido hagas promesa,
De esa que nunca acaban,
Cuando seas viejecita,
Una abuelita adorada,
Cuéntales a tus nietos,
De esta historia encantada,
Entre la joven más hermosa,
Cristalina como el ámbar,
Y el poeta más bohemio,
Quien le amó y aun le ama,
A través de los tiempos,
De los ríos y montañas.
¡Dios te bendiga amiga!
Princesa de cuentos de hadas.
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Alexander Perdomo