¿Soy yo el que escribe los versos,
mientras el otro descansa en su perfidia,
soy yo el que piensa cada dia
mientras el otro destruye universos?
¿Cual es cuál, que medios diversos
podré utilizar para darme cuenta
si soy yo el que fatigoso los inventa
o el otro que los trueca en perversos?
Sabemos que aquel venerable
anciano de los días y los espejos
ya trazó este camino no muy lejos
y de manera genial e inolvidable.
Pero no soy o somos ese admirable
portador de la noche y de los textos
sino que trazo, o trazaremos
nuestro propio sendero inexorable.