Encuentro repentino
Del socio amigo, del poeta muerto
Con sus ojos huecos y su mandíbula rota
Los labios secos, la cabeza sin cabeza
El alma sin vida y la vida sin poemas
Extraño encuentro de crujientes palabras
De pequeñas comas y largos puntos.
A duras penas puedo caminar , a duras penas puede sonreír el poeta muerto
Pero aún puede fumar lápiz y papel
Y abrumar los flacos huesos y la golpeada noche, en poemas.
Yo recito un poema y el poeta muerto una vez más se sumerge en las letras . Se hunde como barco de papel y no vuelve, hasta que encuentre algún tesoro, algún otro amor .