Hay un enredo de palabras, que no saben dónde ir…
Deshojar tus pensamientos, en el olvido terrenal del pasado…
El sol acusa tus mejillas rojas, como testimonio del espejismo…
Que muestran tus ojos, tristes por culpa de la soledad…
El miedo llena el sentir, y negar el estar vivo como misterio…
De la realidad y ella me dicta que tus ojos se vuelven elocuentes…
De comprender tu mitad, tus vivencias no te dejan prevalecer…
Sobre el resplandor, para llegar a entender…
Que tus partículas se dimiten, en amar como una probabilidad…
El sentir y poder estar vivo, son savias las metáforas…
Que te enamoren en los surcos del destino que te aprueben…
Si la discordia de tus latidos, no suele ser reservadas por el motivo…
Solo deja que tu esencia vuele alto y las nubes darán el sí de tu olvido...
Hay dos corazones mirándose y uno pronuncia palabras de amor…
En medio de somnolencias llenas de gotas de lluvia como lágrimas…
Se establecen en un rincón del corazón, sin querer…
Por el dolor del pasado, como el mar salado que se resiste a ser dulce…
Pasan las horas y un freno en la razón elocuente, prueba que el amor…
Es lo que pensabas y no retraigas, tu pasado en tu corazón…
Hay vida en los momentos, son solo una cuestión del ocaso…
No olvides tu religión, que el tiempo pasa, y el destino solo es casual…
El tiempo será espectador de nuestras miradas con deseos…
En la certeza de descubrir el futuro probando el presente...
Cuando soltar el pasado, es volver a renacer, en los enigmas del amor...